martes, 5 de agosto de 2008

¿Cuándo Jesús llegó a ser Dios? 1° Parte

La divinidad de Jesús es uno de las doctrinas fundamentales de la Fe Cristiana. Ciertamente existen divergencias en muchos sentidos entre los diversos cuerpos eclesiásticos que se confiesan cristianos, y sin embargo, la divinidad de Cristo es un elemento común, que cruza las simas mas profundas entre protestantes, católicos y ortodoxos. Si alguna esperanza de acercamiento hay entre estos grupos, una de sus principales bases esta en esta enseñanza.

Sin embargo, la idea de que Jesús de Nazaret sea Dios ha sido también una afirmación polémica y ofensiva para muchos a lo largo de la Historia. Normalmente estos debates se han llevado entre teólogos y religiosos, alejados de la mirada e interés del público en general. Pero recientemente esta cuestión pasó al primer plano de la cultura popular, gracias a la publicación de “El código Da Vinci”, de Dan Brown, y toda una serie de publicaciones, documentales y reportajes de la misma índole. Una de las afirmaciones más polémicas, si bien no original, de dicha novela, es la idea de que la divinidad de Jesús no habría sido una creencia original de los cristianos, si no una corrupción posterior. Pero dejemos que el propio Dan Brown mismo nos exponga su opinión:

“—Durante ese encuentro [el concilio de Nicea] —prosiguió Teabing—, se debatió y se votó sobre muchos aspectos del cristianismo, la fecha de la Pascua, el papel de los obispos, la administración de los sacramentos y, por supuesto, la divinidad de Jesús.
—No lo entiendo. ¿Su divinidad?
—Querida —declaró sir Leigh—, hasta ese momento de la historia, Jesús era, para sus seguidores, un profeta mortal... un hombre grande y poderoso, pero un hombre, un ser mortal.
—¿No el Hijo de Dios?
—Exacto. El hecho de que Jesús pasara a considerarse «el Hijo de Dios» se propuso y se votó en el Concilio de Nicea.”

La opinión de Brown no es nueva en absoluto. Ha sido propuesta varias veces por diversos críticos del cristianismo histórico. Por ejemplo, los Testigos de Jehová sostienen una idea muy similar acerca del origen de la divinidad de Cristo. La idea es que los primeros cristianos no habrían considerado a Jesús divino, si no un buen maestro, o quizás un profeta, y que la doctrina habría sido impuesta recién en el Concilio de Nicea, el año 325 d. C., no por razones teológicas, si no políticas por el Emperador Constantino, el malo de la película en este caso.

¿Qué podemos hacer como creyentes respecto a este desafío? ¿Son estas afirmaciones verdad? Mi propósito durante los siguientes posts es revisar la Historia, y descubrir que es lo que los cristianos creían respecto a la persona de Jesús en los siglos que transcurrieron entre la muerte de Jesús y el concilio de Nicea. Espero que sigan conmigo y nos leemos prontamente

domingo, 3 de agosto de 2008

Una (breve) introducción a la Biblia

(Este es el bosquejo de un tema que compartí con el equipo de discipulado de mi iglesia en abril de este año. Es una brevísima introducción a la Biblia, tocando ligeramente temas como el origen, divisiones, contenido y canon de la Escritura. Espero que pueda ser de ayuda)

Breve Introducción a la Biblia
Joel A. Naranjo

1.- Generalidades

1.1.- Definición

La encyclopaedia Britannica define la Biblia como “los escritos sagrados del Judaísmo y el Cristianismo”[1]. Otra definición es “La colección de Escrituras del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento reconocidas y en uso en las Iglesias cristianas”[2] De estas definiciones podemos extraer algunos elementos interesantes.

En primer lugar, es una “colección de escrituras”. No es un libro único (aunque solemos tenerla en un solo volumen) si no una colección de diversos libros, escritos por diversas personas en distintas situaciones históricas y sociales, en un periodo de tiempo que abarca unos 1500 años. Sin embargo, todos muestran una unidad en su propósito que revela a un Gran Autor detrás de los autores humanos. Luego, estos escritos son “sagrados”. Es decir, estos escritos se distingues de todos los demás en el sentido de, por un lado tener un carácter y origen divino, y por otro, de pretender ser la Revelación exclusiva de Dios a la Humanidad. Los autores de estos escritos no pretenden haber expresado sus propias ideas, si no haber sido inspirados por Dios para transmitir Su mensaje al hombre.

Finalmente, son los escritos sagrados del “Judaísmo y Cristianismo” y “reconocidas y en uso en las iglesias cristianas”. Cristianos y Judíos creen que Dios se ha revelado por medio de estos escritos (aunque con algunas importantes diferencias entre ellos). Miembros de otros grupos religiosos no tienen la misma percepción de la Biblia. Pero para los cristianos, la Biblia tiene un rol central, al ser el fundamento y fuente de su Fe. Por eso es tan importante que como cristianos, conozcamos en profundidad su contenido. A veces la gente dice “todos los caminos llevan a Dios” o “yo tomo lo que me gusta de cada religión”, sin embargo la Biblia afirma se la Revelación exclusiva de Dios, no puedo aceptar la Biblia y otras “revelaciones” al mismo tiempo.

1.2.- Denominación
La palabra Biblia viene del griego Biblía que significa “libros”, en alusión a ser una colección de diversas obras. En la misma Biblia encontramos otras designaciones. La más común es “las Escrituras” (mt. 21:42) o “las santas escrituras” (rom. 1-2).

1.3.- División
La principal división de la Biblia es aquella que distingue entre Antiguo y Nuevo Testamento. Esta palabra traduce la palabra griega diatheke y la palabra hebrea berith, ambas significan “pacto”. El Antiguo Testamento (AT) trata del pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel. De ahí que los judíos solo acepten el AT como su “Biblia”. El Nuevo Testamento (NT) narra como por medio de Jesús se cumple el nuevo pacto profetizado en el Antiguo (Heb 8:6-13).

2.- Antiguo Testamento

2.1.- Origen
El Antiguo Testamento esta formado por 39 libros, escritos probablemente entre el 1400 a 400 A.C.

2.2.- Idiomas
El Antiguo Testamento fue escrito fundamentalmente en hebreo, a excepción de algunas porciones de Esdras y Daniel, que fueron escritas en arameo, un lenguaje similar al hebreo que con el tiempo llegó a reemplazar al hebreo como la lengua común de los judíos.

2.3.- Versiones
Conocemos el Antiguo testamento por varias versiones que han llegado hasta nosotros.
a.- Texto Masorético: Es el texto en hebreo, copiado y conservado por un grupo de sabios judíos conocidos como masoretas, entre el 500 – 900 d.C.[3] La copia más antigua de esta versión es el Codex Cairensis (895 d.C.)

b.- Los rollos del Mar Muerto: Es un grupo de manuscritos descubiertos en Qumram, Israel, en los años 40 y 50. Estos son 1000 años más antiguos que los manuscritos antes conocidos, lo que los hace el testigo más importante al texto del AT. Contiene fragmentos de todos los libros de la Biblia Hebrea, excepto Ester.[4]

c.- La Septuaginta (LXX): o versión de los Setenta. Es la traducción griega más antigua del AT. La evidencia indica que se comenzó su traducción en el siglo III a.C. (Pentateuco) y se extendió durante varios siglos. Fue la versión que usaron los primeros cristianos, y una de sus características más peculiares es que contiene varios libros que no están en el texto hebreo.

2.4.- Divisiones y Contenido
Los judíos dividen tradicionalmente las escrituras en la Ley (torah), Profetas (Nebiim) y Escritos (ketubim). De las iniciales de estos se forma el nombre que ellos dan a la Biblia: Tanak.

Los cristianos, siguiendo la Septuaginta, suelen dividir el Antiguo Testamento en el Pentateuco (los 5 primeros libros de la Biblia), Libros Históricos (Josué a Ester) Libros Poéticos(Job a Proverbios) y Proféticos (Isaías a Malaquías).

Pentateuco: Narra la historia de la creación del mundo y de sus primeros habitantes, para luego referirse a la historia de Abraham y sus descendientes, elegidos por Dios para ser su pueblo, su esclavitud y liberación de Egipto, el pacto con Dios y las leyes que este les dio y su viaje a la tierra prometida

Libros Históricos: Continúan la historia de Israel, desde la conquista de la tierra prometida por Josué, pasando por la monarquía de Saúl, David y sus descendientes, hasta que, por su pecado, son llevados al exilio en Babilonia y su posterior regreso a su tierra.

Poéticos: Contienen Himnos a Dios y numeroso material poético de carácter sapiencial

Proféticos: El mensaje de Dios a su pueblo por medio de los profetas, instándolos a arrepentirse de su pecado y prometiéndoles grandes bendiciones de hacerlo.
2.5.- Canon
La palabra canon viene del griego y significa “regla”, “caña para medir”. Metafóricamente se usaba para referirse a un criterio con que se media alguna cosa y de ahí se tomo como “la lista de libros reconocidos por la iglesia como documentos revelados por Dios”[5]. El problema más importante respecto al canon del Antiguo Testamento son los libros llamados “apócrifos” (gr. “escondidos”), que son aceptados como inspirados por la Iglesia Católica, pero no por los Protestantes o Evangélicos.

La razón que la Iglesia Católica acepte estos libros es que se encontraban en la LXX. Sin embargo, nunca fueron aceptados por los judíos, como demuestra la evidencia.

El escritor judío Flavio Josefo afirmó que los libros que los judíos aceptaban como divinos eran 22, y que después de ellos se habían escrito otros, pero no tenían la misma autoridad porque “la sucesión de los profetas no se había mantenido”. Estos 22 libros son los mismos que los aceptados por los protestantes ya que varios libros son considerados fundidos en uno: Jueces-Rut; 1 y 2 Samuel; 1-2 Reyes; 1-2 Crónicas; Esdras-Nehemias; Jeremías-Lamentaciones, y los 12 profetas menores. Autores cristianos como Eusebio de Cesarea, Melitón de Sardis, Orígenes y Jerónimo están de acuerdo y rechazan los libros apócrifos. Por otro lado, la triple división judía es aceptada por Filón de Alejandría (originario del mismo lugar de origen de la Septuaginta, quien además nunca cita ninguna obra apócrifa) y aun en el prólogo de uno de ellos, el de Sabiduría del hijo de Sirach.

La evidencia más importante la dan Jesús y los apóstoles. Jesús reconoce tácitamente el canon judío cuando se refiere a “la ley, los profetas y los salmos” (Lucas 24:44) y en Lucas 11:51, al hablar de “Abel a Zacarías”, se refiere a la primera persona asesinada en la Biblia hebrea (génesis) hasta la ultima en el último libro (Crónicas). Por otro lado, tanto Jesús como los autores del NT citan con frecuencia los libros del canon hebreo, pero no hay ninguna referencia directa a los libros apócrifos (aunque si algunas referencias indirectas, lo que no prueba nada, porque Pablo cita autores griegos sin implicar que los considere inspirados).

Finalmente, aunque dichos libros hayan sido incluidos en la Septuaginta, no sabemos quien los incluyo, ni cuándo ni porque, así que no hay base para afirmar que alguna vez hayan sido considerados como inspirados.

3.- Nuevo testamento
3.1.- Origen
El NT es una colección de 27 libros escritos entre los años 50 a 100 d.C. Sus autores son apóstoles o sus colaboradores cercanos y su propósito es transmitir el mensaje de salvación que Dios ha dado por medio de Jesús, especialmente su muerte y resurrección, y anunciado por aquellos de sus seguidores especialmente comisionados por él, llamados apóstoles.

3.2.- Idioma
El nuevo testamento esta escrito totalmente en griego, pero en un dialecto del griego denominado “koiné”, que era la lingua franca del mundo mediterráneo en el siglo I (como el inglés hoy en el mundo de los negocios). El NT fue escrito en un idioma y con un vocabulario que podía ser entendido fácilmente por casi cualquier persona .

3.3.- Divisiones y Contenido
El NT suele ser dividido en las siguientes secciones:
- Evangelios: Cuatro escritos que narran la vida y enseñanzas de Jesús, poniendo especial énfasis en su muerte y resurrección.
- Libro Histórico: El libro de Hechos (que en realidad es la segunda parte del evangelio de Lucas) narra la historia de la Iglesia desde la resurrección de Jesús hasta el encarcelamiento de Pablo, alrededor del año 60 d.C.
- Epístolas: Un conjunto de cartas enviadas por los apóstoles, especialmente Pablo, Pedro y Juan, a distintas iglesias y personas, tratando una serie de temas prácticos, doctrinales y morales.
- Apocalipsis: escrito por el apóstol Juan, es el último libro en ser escrito, alrededor del año 95 d.C. y fundamentalmente es una profecía acerca del fin de los tiempos.




3.4.- Canon
El tema del canon del NT es muy importante, y sobre todo en la actualidad en que diversas publicaciones sensacionalistas hablan de “libros perdidos” que afirman haber sido dejados fuera del NT por oscuras intrigas políticas (p/ej “El Código Da Vinci”).

Es claro que ya en el momento que el NT se escribía sus escritos se consideraban inspirados. Pablo afirma que sus escritos son palabra del Señor (1 Co. 14.37) 2 Pe. 3:15-16 pone las cartas de Pablo a la misma altura del AT y Pablo cita Lc. 10.7 como Escritura en 1 Tim. 5.18.

Ya a principios del siglo II, los evangelios y las cartas de Pablo habían sido agrupados y eran usados por las iglesias, como lo atestiguan autores como Clemente, Policarpo e Ignacio. Sin embargo, no existía ninguna lisa oficial de libros, posiblemente porque se asumía que todos sabían que libros eran autoritativos. Sin embargo, esto fue puesto en duda por grupos heréticos: por un lado, Marción rechazó el Antiguo Testamento y del NT aceptó solo Lucas y las cartas de Pablo, y aun estos editados según su parece. Por otro lado, los gnósticos comenzaron a escribir libros que atribuían a los apóstoles (Evangelio de Tomás, de Judas, etc.). Esto hizo nacer la necesidad de definir exactamente que libros eran inspirados y cuales no.

En la segunda mitad del siglo II Ireneo afirmó que evangelios eran auténticos y critico muchas falsificaciones. El "Canon de Muratori", originado en Roma, da una lista muy similar a la que hoy tenemos. En general, la gran mayoría de las iglesias aceptaban la mayoría de los libros que hoy tenemos, solo en algunas habían dudas sobre libros como 2 Pedro, Hebreos, Judas, libros llamado “antilegomena” o discutidos. Pero ya en 367, Atanasio obispo de Alejandría en una carta para anunciar la fecha de la pascua lista los 27 libros que tenemos hoy y 30 años después un concilio en Cartago ratifico esta lista.

Este reconocimiento no fue arbitrario, como afirman algunos, si no guiado por criterios objetivos. Hubo tres criterios principales:[6]

- Apostolicidad: Es quizás el criterio más mencionado por los Padres de la Iglesia. El libro debía haber sido escrito por un apóstol o por algún colaborador cercano de un apóstol (por ejemplo, Lucas de Pablo o Marcos de Pedro). Esto porque los apóstoles eran testigos de la vida, muerte y resurrección de Jesús (Hch. 1:21) y recibieron la promesa de ser inspirados y guiados por el Espíritu Santo (Juan 14:26)
- Conformidad con la “Regla de Fe”, “la verdad cristiana reconocida como normativa en las iglesias”, la doctrina que siempre había sido enseñada.
- Amplia aceptación por las iglesias.

4.- La importancia de la lectura de la Biblia

La Biblia es fundamental para la fe cristiana. Es el medio a través del cual Dios revela al hombre su persona y sus propósitos. Pero de nada habría servido el largo proceso por medio del cual la Biblia llegó a ser puesta por escrito y conservada si los creyentes no la leen. Es importante que como hijos de Dios conozcamos a nuestro Padre, quien es Él, como piensa, que propósito tiene para nuestras vidas, y no hay otra manera de descubrir esto que sumergirnos en su Revelación

En Josué 1:7 Dios insta a Josué a esforzarse y ser valiente y a vivir conforme a la ley. Esto tenia un objetivo claro: ser prosperado en todo lo que emprenda. Dios quiere que tengamos vidas abundantes de gozo, paz y esperanza, y el único modo de lograrlo es vivir conforme a las enseñanzas que él nos da en su Palabra.

Sin embargo, esto a veces parece muy difícil, si no imposible. La voluntad de Dios parece inalcanzable. Sin embargo, Dios mismo nos da el camino. El v.8 dice “Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás[9] en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien” . Es a través de la meditación constante en la Palabra que somos capacitados para vivir conforme a ella. Es asi que nuestro entendimiento es renovado (Ro. 12:2) para poder experimentar que la voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta”.

Por eso es importante que leamos la Biblia cada día. Pero no solo leerla, si no que meditar en ella. Esto significa pensar profundamente en su significado y sus repercusiones para mi vida. Es útil que apartemos cada día un tiempo para meditar en la Escritura. Es útil leer un pasaje varias veces, para luego meditar acerca de su significado. Puede servir tener papel y lápiz para escribir nuestros pensamientos y tratar de contestar algunas preguntas:

- ¿Quién escribe el pasaje?
- ¿A quién esta dirigido?
- ¿Qué dice el pasaje?
- ¿Cómo se aplica esto a mi vida


[1] "Bible." Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica 2007 Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopædia Britannica,
document.write(new Date().getFullYear());
2008.
[2] Orr, James; “Bible” en “International Standard Bible Encyclopedia, Revised Edition”, Eerdmans Publishings, 1979.
[3] Comfort, Phillip; Elwell, Walter (eds.) “Bible, Manuscripts and Text of the”; Tyndale Bible Dictionary; 2001, Tyndale House Publishing
[4] Ibid.
[5] Bruce, F.F; “El canon de la Escritura”; Editorial Clie y Publicaciones Andamio; Barcelona; 2002; p.17.
[6] Ver Carson, D. A; Moo, Douglas; Morris, León; “Introduction to the New Testament”

jueves, 3 de enero de 2008

¿Es razonable creer en Dios?

Nota: El siguiente texto es una lección preparada para el grupo de adolescentes de mi iglesia sobre el tema "Apologética". Creo que quizás fue un poco difícil para los adolescentes, y quiero modificarlo en ese sentido, pero aquí ofrezco la versión original. Espero que lo disfruten!
¿Es razonable creer en Dios?
Joel A. Naranjo

I. Introducción

1. ¿Qué es la apologética?

“Apologética es la disciplina que trata de una defensa racional de la fe Cristiana. Viene de la palabra griega apología que significa dar una razón o defensa”[1]. En la presente lección comenzaremos a estudiar la disciplina de la apologética. Es decir, investigaremos cómo es posible defender la fe Cristiana de los ataques intelectuales de los que es objeto por parte de la cultura contemporánea. Nuestros adolescentes son víctimas de estos desafíos, tanto por parte de sus pares, profesores, o aun de sus propias lecturas e investigación para aquellos que son más dados a ello. Como iglesia estamos constantemente animándolos a perseverar en la fe y guardarse en santidad, pero pocas veces entregamos herramientas para enfrentar los desafíos intelectuales a su fe con que se encuentran en su experiencia diaria.

2. Fundamento y utilidad de la apologética

Se objeta a veces a la disciplina de la apologética el no tener un fundamento bíblico. Sin embargo esto no es exacto. El texto bíblico clásico para justificar la empresa apologética es 1 Pedro 3:15: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes”. En este sentido, la disciplina que estudiamos es auxiliar a la tarea evangelística. Nuestro primer deber es anunciar a otros las Buenas Noticias acerca de Cristo (Mr. 16:15). Ahora, si en esta tarea encontramos a quienes nos exigen razones que justifiquen nuestra creencia, debemos estar preparados para darlas. En segundo lugar, como veremos más adelante, el estudio de la apologética es útil para fortalecer la fe de los creyentes, especialmente de los adolescentes. Si bien nuestra fe no se funda en argumentos, estos puedes ayudarnos a “apuntalarla” cuando las dudas nos asedian.

3. ¿Es razonable creer en Dios?

El campo de acción de la apologética es muy amplio. Abarca temas filosóficos, históricos, filológicos, etc. En el presente estudio, obviamente, no se pretende abarcar todo el espectro, si no un solo aspecto muy específico, y sin embargo, fundamental. Trataremos de responder a la pregunta “¿Es razonable creer en Dios?”. Si reflexionamos un momento, es fácil advertir que la respuesta que demos a esta pregunta es fundamental para todo el tema de la defensa de la fe. Si no es razonable creer en Dios, de poco sirve preguntarse si la Biblia es su palabra, si Jesús es el Hijo de Dios, o si Él esta interesado en nosotros. Este estudio es principalmente de carácter filosófico, aunque se procura exponerlo en los términos más simples posibles, para hacerlo comprensible a la mayor cantidad de gente posible. Yo mismo no pretendo tener un conocimiento más que superficial de la filosofía, y por lo tanto no podría escribir un tema demasiado complejo en la materia.

II. Racionalidad y creencia en Dios

4. La objeción evidencialista

Seguramente muchas veces nos hemos encontrado con la objeción de que creer en Dios es irracional. Más específicamente, lo que se objeta es que si no tenemos evidencia, pruebas de que Dios existe, nuestra fe en Él es irracional, y por lo tanto es incorrecto sostenerla. Muchos teístas[2] han concedido este punto e “insisten en que la creencia en Dios requiere una evidencia y que tal demanda debiese y puede ser cumplida”[3]. Así, desde hace mucho tiempo, una gran cantidad de pensadores teístas, especialmente cristianos, han procurado desarrollar argumentos que prueben la existencia de Dios. Esta posición ha sido denominada como “evidencialismo clásico”, y puede definirse como la tesis que sostiene que la “creencia teísta es racional o constituye conocimiento sólo si una persona basa su creencia en evidencia, tiene evidencia para esta creencia o al menos hay evidencia disponible para ella”[4]. En este punto, es necesario distinguir entre dos cuestiones distintas. Por un lado el tema de la existencia de Dios, y por otro, el de la racionalidad de creer en Dios. Estos temas son distintos, ya que la objeción al teísmo que estamos analizando no se pregunta por la existencia de Dios. Dice “bien, es posible que Dios exista, pero la verdad es que no podemos saber si esto es así o no. Lo que si sabemos es que es irracional creer en Dios ya que no tenemos evidencia para ello”[5]

El problema que le ocasiona al teísta aceptar la tesis evidencialista es el hecho que la gran mayoría de los creyentes no han llegado a la fe por medio de un argumento. Es más, la mayoría de ellos no conocen los argumentos a favor de la existencia de Dios, y muchos seguramente no están en condiciones de comprenderlos. Al aceptar que la creencia en Dios es racional solo si tiene un argumento o evidencias que la apoyen, estamos indirectamente reconociendo que la gran mayoría de los creyentes son irracionales en su fe.
5. Evidencialismo y Fundacionalismo

Sin embargo, ¿es necesario aceptar el presupuesto que está detrás de esta objeción?. Necesitamos conversar un poco acerca del tema de la epistemología. La epistemología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza y el ámbito del conocimiento[6]. Es la ciencia que se pregunta ¿es posible conocer algo?¿qué podemos conocer?¿cómo podemos conocerlo?.

La idea epistemológica que esta detrás de la objeción evidencialista (OE), es la de que, para que una creencia sea racional, debe estar basada en evidencia. Seguramente esto es lo que piensan muchos de quienes nos exigen evidencia para creer en Dios, y nos acusan de tener una fe ciega. Sin embargo, si pensamos un poco en ello, no es difícil ver que esta popular idea es falsa. Si fuera cierto que para creer racionalmente en algo es necesario tener evidencia, entonces necesito evidencia para creer que para creer racionalmente en algo necesito evidencia. Pero luego necesito evidencia para creer que necesito evidencia para creer que necesito evidencia…. Y así sucesivamente. El resultado es un regreso al infinito, y nunca podríamos conocer nada.

Es por lo anterior que la posición recién expuesta probablemente no ha sido sostenida por nadie que haya reflexionado seriamente en el asunto. No podemos estar exigiendo evidencia para todo porque al final no tendríamos evidencia para nada. Necesitamos alguna creencia que no requiera evidencia, que sirva de fundamento para poder adquirir otras creencias. Es como un edificio para el que primero es necesario poner los cimientos sobre los que se sostendrá toda la estructura. Esta posición es conocida como fundacionalismo. Las creencias que están el los cimientos son creencias básicas. Las creencias que están en la superestructura son no básicas y reciben su justificación de las creencias justificadas de los cimientos.[7] ¿Es posible que la creencia en Dios pueda ser una creencia básica y que, por lo tanto, no necesite evidencia para ser creída?. Según la forma de fundacionalismo conocida como “fundacionalismo clásico” (FC), la respuesta a esta pregunta es “no”. Esta idea ha sido desarrollada desde la Ilustración, en los siglos XVII y XVIII, y es la base de la forma de pensar de mucha gente en la actualidad, aún sin saberlo. Si bien hay discusiones al respecto, el FC sostiene que las creencias básicas solo son las “auto-evidentes, incorregibles o evidentes a los sentidos”[8]. Todas las demás creencias son no básicas, y por lo tanto sólo pueden creerse racionalmente en base a estas o a otras que estén basadas en creencias básicas. Como la creencia en Dios no entra en esta estrecha definición de creencia básica, necesitamos evidencia para creerla justificadamente.


III. La creencia en Dios es razonable

6. Críticas al Fundacionalismo

Sin embargo, ¿es tan razonable la posición del FC?. Según varios filósofos contemporáneos, especialmente los pertenecientes a la escuela denominada “Epistemología Reformada”, no lo es. Hay varias críticas que se le hacen:

En primer lugar, FC es intrínsecamente incoherente. De acuerdo al FC

“una persona sería racional al aceptar FC sólo si FC es apropiadamente básico o apropiadamente no básico. Pero FC no es auto evidente ni evidente respecto a la experiencia introspectiva inmediata de uno, así que no es apropiadamente básico. Así que CF es racional sólo si esta implicado o es hecho probable por otra creencia racional… ningún fundacionalista clásico ha provisto todavía tal inferencia”[9]

Es decir, FC no cumple con sus propias exigencias, no es una creencia básica y tampoco puede demostrarse en base a otras creencias, básicas o no básicas. Por lo tanto “FC, de acuerdo consigo mismo, es irracional. Si FC fuera verdad, sería irracional aceptarlo. ¡Mejor simplemente rechazarlo!”[10]

En segundo lugar lugar, “si suponemos que FC es verdad, entonces muy pocas de nuestras creencias diarias, de sentido común, serían racionales”[11]. Por ejemplo, nadie ha podido probar que la existencia de otras mentes, que efectivamente dentro de los cuerpos que vemos efectivamente hay personas que piensan y sienten. No podemos entrar en el fuero interno de otros para ver si realmente hay una mente ahí. Tampoco podemos probar la existencia de un mundo material más allá de nosotros, o la existencia del pasado. Se han propuesto argumentos para probar estos hechos, pero son al menos tan no concluyentes como los argumentos en pro de la existencia de Dios. Y estas son creencias fundamentales en todo lo que pensamos y hacemos, de modo que si no podemos creer racionalmente en estas cosas, probablemente no podemos creer en nada más.

De hecho, la verdad es que como seres humanos estamos dotados de una serie de facultades cognitivas, facultades a través de las cuales conocemos la realidad. Así, por ejemplo, conocemos el mundo exterior por medio de la percepción, las verdades a priori por medio de la razón, la existencia del pasado por medio de la memoria, la existencia de otras personas por medio de lo que Thomas Reid llama “simpatía”[12]. Algunos, todavía aferrados al evidencialismo, dirán que no puedo confiar en los resultados de estas facultades a menos que tenga evidencia que las respalde. Sin embargo, como afirma Richard Swinburne “Es un principio básico del conocimiento, que yo he llamado ‘principio de la credulidad’, el que tenemos que creer las cosas tal como parecen ser, hasta que tengamos evidencia de que estamos equivocados”[13]. En otras palabras “debemos considerar las creencias inocentes hasta que sean probadas culpables y no culpables hasta que sean probadas inocentes”[14]. Por ejemplo, el hecho de que sea posible que mis sentidos me engañen, ¿significa que no debo creer en la existencia del mundo exterior hasta tener evidencia que lo verifique? De ser así no podría conocer nada, ya que cualquier evidencia dependería también de mis sentidos. El hecho de que mi memoria pueda fallar ¿significa que no debo confiar en ninguno de mis recuerdos hasta tener más evidencia?. O el hecho que la gente mienta a veces ¿significa que no debo creerle jamás a nadie?. No parece razonable. Lo más razonable es considerar las creencias que nacen de nuestras facultades cognitivas como verdaderas (y básicas), hasta que tengamos evidencia de que tal o cual creencia esta equivocada.

7. La fe en Dios es razonable

¿Y que pasa con la creencia en Dios? Nuestra fe en Dios, al igual que la creencia en el mundo exterior o en otras mentes, no es una idea que nazca la nada, si no de un mecanismo cognitivo. Este es la obra del Espíritu Santo en nosotros. El Evangelio de Juan dice “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Jn 16:7-8)”. La Biblia nos dice que el hombre en su condición natural es incapaz de conocer a Dios (1 Co. 2:14)[15] porque “El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Co 4:4). Por eso es necesario que Dios mismo se nos revele por medio de la obra de su Espíritu:

“Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.” (2 Co 4:6) ;

“Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la cual ninguno de los poderosos de este mundo conoció… Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios,”(1 Co 2:7-10)

Estos son sólo algunos de los textos bíblicos que tratan el asunto en discusión[16]. El Espíritu Santo, especialmente por medio de la Escritura[17], ya sea leída u oída en predicaciones, nos convence de que hay un Dios, que la Biblia es su Palabra, que estamos bajo su justo juicio por nuestro pecado y necesitamos ser salvos por medio de Jesucristo.

Lo relevante para el tema que estamos tratando, es que el medio por el cual llegamos a la fe es análogo a los medios por los que conocemos otras cosas. De hecho, es una forma de conocimiento por testimonio, que es como conocemos la mayoría de las cosas, con la diferencia que en este caso quien da el testimonio es un ser sobrenatural. Y como en el caso de los otros medios de conocimiento, lo razonable no es sospechar de nuestra creencia en Dios hasta tener pruebas que la confirmen, si no creer con buena conciencia hasta que tengamos razones para creer que es falsa.

8. El valor de los Argumentos

Aquí entran a jugar el tema de los argumentos. Si bien, según lo que hemos visto, no necesitamos argumentos o evidencias para creer razonablemente en Dios, es posible que nos encontremos con gente que no solo nos exija evidencia para creer en Dios (cosa que es innecesaria) si no que nos exponga a evidencia contraria al teísmo, a razones que pongan en duda la existencia de Dios. Y para eso son necesarios los argumentos apologéticos, tanto aquellos acerca de la existencia de Dios, como de la confiabilidad histórica de la Biblia, o de la resurrección de Cristo, etc. Cumplen la labor, en primer lugar, de fortalecer nuestra propia fe, para poder compartir el evangelio con seguridad. Del mismo modo que yo no creo que hace años fuí a Chiloé porque tengo fotos, si no porque me acuerdo perfectamente que fuí, el tener fotos confirma mi memoria en caso que llegara a dudar de ella. Y, en segundo lugar, pueden ayudar a derribar prejuicios[18] en el no creyente para abrir el camino a que el Espíritu le convenza.

IV. Conclusión

Finalmente, en la práctica, ¿de que nos sirve todo lo que hemos hablado al momento de enfrentarnos a gente que critica como irracional nuestra fe? En primer lugar, como estrategia, podemos hacerle ver que los presupuestos en que se funda su objeción no son adecuados. En segundo lugar, hacerle ver que somos perfectamente racionales en creer en Dios, hasta que nos den una razón irrefutable en contra. Luego, invitarle a ponerse en el caso que Dios en efecto existiera y a preguntarse que pasaría si Él le hablara, ¿tendría una mente lo suficientemente abierta como para dejar de lado por un momento sus presuposiciones y considerarlo seriamente, o se dejaría llevar irracionalmente por sus prejuicios racionalistas? Aun más ¿es posible que Dios ya le haya hablado, pero que debido a sus prejuicios no estuvo dispuesto a escuchar?. Y junto con esto, por supuesto, presentar el Evangelio, con la esperanza que el Espíritu de Dios le convenza “de pecado, de justicia y de juicio”.

BIBLIOGRAFÍA

- Geisler, Norman (ed.); “Baker’s Encyclopedia of Christian Apologetics”; en http://www.biblecentre.net/theology/books/ng/eca-Index.html

- Clark, Kelly James; “Como cree la gente real: Una defensa de la Epistemología Reformada” ; en www.contra-mundum.org/castellano/clark/Cree_gente.pdf

- Sudduth, Michael; “Contemporary Reformed Epistemology: The epistemic immediacy of Theistic Belief”; 2001; http://www.homestead.com/philofreligion/files/ROCH6.htm

- Plantinga, Alvin; “Warranted Christian Belief”; 2001; Oxford University Press; New York

- Steup, Mathhias; “Epistemology” en “Stanford Encyclopedia of Philosophy” http://plato.stanford.edu/entries/epistemology/

- Clark, Kelly James; “Religious Epistemology” en “Internet Encyclopedia of Philosophy”; http://www.iep.utm.edu/r/relig-ep.htm

- Swinburne, Richard; “The Justification of Theism”; http://www.leaderu.com/truth/3truth09.html
NOTAS

[1] Geisler, Norman (ed.); “Baker’s Encyclopedia of Christian Apologetics”; en http://www.biblecentre.net/theology/books/ng/eca-Index.html

[2] “Teísmo es la cosmovisión de que un Dios personal e infinito creó el universo y milagrosamente interviene en él de tiempo en tiempo” Geisler; Ob. Cit.

[3] Clark, Kelly James; “Como cree la gente real: Una defensa de la Epistemología Reformada” ; en www.contra-mundum.org/castellano/clark/Cree_gente.pdf

[4] Sudduth, Michael; “Contemporary Reformed Epistemology: The epistemic immediacy of Theistic Belief”; 2001; http://www.homestead.com/philofreligion/files/ROCH6.htm

[5]Ver Plantinga, Alvin; “Warranted Christian Belief”; 2001; Oxford University Press; New York; pp. viii-x

[6] http://en.wikipedia.org/wiki/Epistemology

[7] Steup, Mathhias; “Epistemology” en “Stanford Encyclopedia of Philosophy” http://plato.stanford.edu/entries/epistemology/

[8]Plantinga; ob. cit.; p. 84.

[9] Sudduth; ob. cit.

[10] Clark, Kelly James; “Religious Epistemology” en “Internet Encyclopedia of Philosophy”; http://www.iep.utm.edu/r/relig-ep.htm

[11]Sudduth; ob. cit.

[12] Plantinga; ob. cit.

[13] Swinburne, Richard; “The Justification of Theism”; http://www.leaderu.com/truth/3truth09.html

[14] Sudduth; ob. cit.

[15]“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”

[16] Otros textos, sin ánimo de ser exhaustivo, son Heb.10:32; Hch. 26:18; Ef. 1:18.

[17]“y que desde tu niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús.” (2Ti 3:15 RVA)


[18] “Destruimos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios; llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo” (2Co 10:5 RVA)

martes, 1 de enero de 2008

una foto...


Varias personas me han sugerido hacerme un fotolog. Hasta ahora me he resistido, mas que nada por principios, pero cediendo un poco quizás, subiré algunas imagenes por aki. Aki va una foto de la tokata de Santiago Oriente... Un poco viejita, pero vale...